22 Jun THINGS WE DO FOR LOVE 🗓
Things We Do for Love es un proyecto comisionado por Arte Abierto al artista visual Erick Meyenberg (CDMX, 1980). Se compone de una videoinstalación con música y diseño sonoro de Roderic, y una escultura de gran formato que, en conjunto, exponen la poética del arte y su efecto en nuestra percepción de la realidad.
La exposición es un ejemplo de las complejidades de la práctica artística y sus transformaciones como resultado de las múltiples miradas y acciones que intervienen en su producción. Para Arte Abierto resulta fundamental exponer la naturaleza colaborativa del arte a través de exposiciones que, como esta, son resultado de un proceso y un intercambio de ideas, pensamientos y sentires.
La invitación a Erick Meyenberg para intervenir nuestro espacio surgió de un interés por acercarnos a ideas y conceptos en común que, a través del arte, se transforman en una reflexión íntima. Así, lo que comenzó como un suceso personal, se convirtió en un proyecto para reconocer cómo definimos nuestra mirada y los sentidos que producimos a partir de ella.
En esas aguas, en todas las aguas, [el ser humano] espera[n] ver reflejada su imagen real. Imagen que hace miles de años fue mutilada. En esa posición, ensimismados junto a la costa, los podemos encontrar donde sea. ¿Añorando qué? Lo que ellos mismos fueron.
– Reinaldo Arenas, El portero (1989)
Mientras me encontraba realizando una residencia artística en Japón* atravesaba por un momento personal que hacía lucir todo fragmentado. Y, como en todo proceso, la intuición y el azar guiaron el camino. A veces hay que trasladarse grandes distancias para encontrar el propio reflejo en otras aguas. Sin saberlo en ese momento, llegó este viaje de reencuentro conmigo mismo. Pensaba: ¿Cómo hacer para moverse en un mundo tan ajeno? ¿Cómo sanar y pegar los pedazos que han quedado después de una fractura?
Comencé a recorrer Tokio, Kioto, Kanazawa, Hiroshima y Naoshima con cámara en mano. Viajé por tierra y mar capturando cientos de imágenes y fragmentos de vida que me hicieron recordar la belleza que hay en el acontecer del día a día. Mientras registraba todo aquello que capturaba mi atención, una frase resonaba siempre en mi cabeza y daba un nuevo sentido a lo que miraba: “Things we do for love” (Cosas que hacemos por amor).
De vuelta en México, otras tierras y otros mares se hicieron presentes; con esas aguas llegaba una nueva promesa de vida. Tenía un archivo visual de dos países y culturas tan ajenas entre sí que, sin saber por qué, parecía estar diciendo algo. Quería encontrar una manera de pegar esos fragmentos de vida para transformarlos en un todo que, a su vez, no ocultara las fracturas de su historia. Encontré en el Kintsugi (una filosofía japonesa que repara los objetos rotos y los embellece al pegar los fragmentos con polvo de oro) la metáfora perfecta para entender la edición de video como el aglutinante afectivo que fuera capaz de entrelazar las imágenes que parecían inconexas; algo que sólo pude haber realizado de la mano de mi gran amiga, editora y cineasta Martha Uc.
En Things We Do for Love lo que antes eran heridas ahora son líneas de luz que evidencian la compleja diversidad de momentos vividos en una misma historia. Decidí no acompañar las imágenes de su sonido real, sino experimentar con la abstracción emotiva y sugerente de la música electrónica. Ahí apareció mi amigo y músico Roderic; la potencia de su música fue para mí la perfecta luz que recuperó lo vivido y un potente soporte emocional con el que se entretejió la colección de momentos filmados. El cello en la composición musical fue también resultado del instinto: la interpretación de Natalia Pérez-Turner aportó una gran profundidad afectiva a la obra.
Más tarde, después de contemplar un crisantemo que filmé sobre el suelo de un cementerio, y que cayó tras un tifón en Tokio, surgió la idea de hacer una escultura que recuperara la fuerza y el movimiento del agua y el mar, dos elementos recurrentes en gran parte del video. Llegó una nueva frase a mi cabeza: “la escultura debía surgir del suelo, así como Afrodita surgió de las aguas”. Coincidentemente, los colores implicados en el mitológico nacimiento de la diosa del amor y el erotismo empataron con los colores nacionales de Japón. En este camino, el escultor Óscar Garduño y la ceramista Carmen de la Parra me apoyaron para crear la obra escultórica en el taller Cerámica Suro en Guadalajara.
Al final de este viaje apareció el escritor cubano Reinaldo Arenas. La literatura siempre llega así, intempestiva, inesperada, contundente, necesaria… Una nueva intuición llegó para dar vida a su texto en las voces Louise Phelan y Francisco López-Guerra, a quien dedico esta obra.
Así como el espacio forma un todo con los pétalos del crisantemo sobre el suelo de la sala, la edición del video permitió pegar las imágenes fragmentarias de mi experiencia, lo que resultó en una sorpresiva e inesperada oda a la vida que me enseñó que, más allá de las experiencias personales, lo que incansablemente impera es la implacable fuerza de la naturaleza.
–Erick Meyenberg
*Residencia para artistas Casa NaNo en Tokio, Japón, auspiciada por Fundación Casa Wabi.
ERICK MEYENBERG (CDMX, 1980)
Es un artista visual interdisciplinario que ve la pintura como elemento fundamental de expresión, aunque también explora otros medios como la instalación sonora, la escultura, el dibujo, el collage, el video y el performance. Su trabajo es el resultado de una profunda investigación sobre temas como la literatura, la historia, las ciencias sociales y las ciencias naturales. Para Meyenberg el arte es una herramienta que ayuda a desenterrar ese cúmulo de capas históricas que quedan olvidadas, haciendo que todos los elementos se pongan en juego para llegar a un ‘todo estético’. Considera fundamental el proceso de edición en su trabajo. Es ahí en donde explora el potencial estético de las imágenes, donde juega con las posibilidades que estas brindan, sus relaciones, y que a través de observaciones precisas, descubre nuevos significados, nuevas ideas.
Meyenberg es egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Tiene una maestría en Artes Visuales por la Universidad de las Artes, Berlín, Alemania (UdK, Berlín) donde estudió bajo la tutoría de la artista alemana Rebecca Horn. Su obra forma parte de algunas colecciones públicas como la del MUAC de la UNAM, Museo Amparo, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Fundación Telefónica, Museo Tamayo Arte Contemporáneo (México) y la Fundación Benetton, (Italia). Ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales a nivel nacional e internacional.
Actualmente, forma parte del Sistema Nacional de Creadores. Meyenberg vive y trabaja en la Ciudad de México.
RODERIC (Monterrey)
Roderic es el seudónimo del músico Rodrigo Ortiz. Su música no responde a un género en específico, sino que busca los arreglos poéticos de emociones que son influenciadas por el jazz, el blues, el balcánico, el psicodélico, el africano, el latino y el trance. Su primer álbum fue Perfect Mirror (2016) y le precedió It All Depends (2018).
Martha Uc (México)
Es editora, fotográfa, productora y cineasta. Entre sus producciones y trabajos en edición se encuentran Nos hicieron noche (2021), Sanjuaneros (2020), Ayotzinapa. El paso de la tortuga (2018), The Guy from Oklahoma (2016), Los otros mexicanos (2015), El patio de mi casa (2015), entre otros. Dirigió Estela (2011) y estuvo a cargo de la cinematografía de Bajo Tortura (2013) y Estela (2011).
Natalia Pérez Turner
Cellista e improvisadora. Miembro de la Generación Espontánea, el Trío Filera y del Ensamble Liminar. Divide su tiempo entre la música contemporánea, la improvisación y la colaboración con artistas de otras disciplinas: danza, artes visuales, teatro, performance, literatura y espectáculos infantiles. Fue becaria del Fonca durante el período 2005-06 (intérprete ) con el proyecto “La cellista es una instalación” que proponía recitales de música contemporánea para cello solo en museos y galerías. Ha compuesto música para cortometrajes, videoarte, teatro y danza.
Things We Do for Love
Martes a domingo
12 – 19 h.
Cuota de recuperación: $35 pesos