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LATIDOS

“El hecho de que los latidos del corazón se utilicen ampliamente como representación poética de la vida y el amor se debe en parte a esta facilidad de traducción y al reconocimiento universal del sonido rítmico que escuchamos por primera vez en el útero, el corazón de nuestra madre, que luego es acompañado y reemplazado por el nuestro propio.”

– Rafael Lozano-Hemmer

Latidos fue la tercera exposición monográfica sobre la obra biométrica del artista mexicano Rafael Lozano-Hemmer, después de las presentadas en Beall Center de Los Ángeles en 2010 y el Hirshhorn Museum de Washington en 2018.

Incorporando cuatro instalaciones que utilizan sensores de frecuencia cardiaca para impulsar respuestas cinéticas y audiovisuales, la exposición subvierte las tecnologías de identificación y determinación para crear experiencias conectivas en una escala arquitectónica. En Latidos, los signos vitales del público se tomaron para ser registrados como secuencias repetitivas que se visualizan como luces intermitentes, paisajes sonoros panorámicos, ondas en tanques, retroalimentación háptica y huellas digitales animadas.

En el núcleo de cada obra, un sensor detecta la firma biométrica de cada participante. Este “retrato” o “instantánea” de la actividad eléctrica íntima del visitante luego se agrega a un archivo en vivo con otras grabaciones, creando un paisaje de audiovisuales sincopados que representan un vasto grupo de participantes, entregando los datos del individuo a un campo de lecturas colectivas. La aparición de patrones complejos no lineales de sincopación, sincronicidad y resonancia es evidente en todos los proyectos, y recuerda la música minimalista de Conlon Nancarrow, Glenn Branca o Steve Reich, por ejemplo, donde los patrones repetitivos ligeramente desfasados entre sí crean un fenómeno auditivo más complejo.

La nueva instalación de telepresencia Corazonadas Remotas, encargada por < Arte Abierto >, no registra los latidos del corazón, sino que los transmite a través de la red entre dos estaciones interactivas idénticas donde un participante puede sentir el latido del otro, y viceversa.

Originalmente esta pieza se presentó como parte de la instalación de Lozano-Hemmer Sintonizador Fronterizo, realizada en la frontera de Estados Unidos y México, con una estación en Ciudad Juárez, Chihuahua y la otra en El Paso, Texas. Para esta exposición, inicialmente se interconectaron estaciones entre < Arte Abierto > y el Museo Amparo de Puebla.

RAFAEL LOZANO-HEMMER (CDMX, 1967)

Su trabajo se ha enfocado en el desarrollo de instalaciones interactivas que se encuentran en la intersección de la arquitectura y el performance. Su principal interés es crear plataformas para la participación pública, utilizando a la tecnología como un lenguaje de nuestro tiempo, como un vehículo inevitable pero cuestionable.

Lozano-Hemmer fue el primer artista en representar oficialmente a México en la 52ª Bienal de Venecia con Algunas cosas pasan más veces que todo el tiempo. Ha tenido exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Museo Universitario Arte Contemporáneo en la Ciudad de México y el Museo de Arte Contemporáneo en Sydney, entre otros. También ha participado en distintas Bienales y Trienales de arte como la de La Habana, Estambul, Kochi, Liverpool, Montreal, Moscú, Nueva Orleans, Sevilla, Seúl, Shanghái, Singapur y Sydney. Su obra forma parte de las colecciones más importantes a nivel internacional ,entre ellas al MoMA (Nueva York), Tate (Londres), AGO (Toronto), Jumex (CDMX), DAROS (Zurich), Borusan Contemporary (Estambul), MUAC (CDMX), Museo de Arte Contemporáneo 21C (Kanazawa), MAC (Montreal) y el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden (Washington, DC).

Vive y trabaja en Montreal, Canadá.

lozano-hemmer.com/