No Sound of Water es una instalación inmersiva y de gran formato que lleva al espectador a una realidad aislada y llena de sal. Al estar dentro, se puede sentir una atmósfera que te transporta a un lugar que podría existir en el futuro. Simulando un ecosistema ficticio, el colectivo busca reflexionar sobre el futuro de la Tierra y su transformación en lugar inhóspito por efecto de la actividad humana.
Con un interés particular en la percepción y la experiencia espacial, Troika desafía la experiencia de ver, conocer y reflexionar sobre opuestos aparentemente irreconciliables: naturaleza y tecnología, virtual y real, humano y no humano. En No Sound of Water, el colectivo transmuta el espacio en una realidad aislada inundada de sal.
La exposición No Sound of Water forma parte de su proyecto artístico y de investigación que Troika ha desarrollado a lo largo de diez años: Untertage. Con el significado de ‘bajo la tierra’, o literalmente, ‘bajo el día’. ”), que pone a la sal como agente de la evolución cultural, es decir, como el componente clave de las herramientas sin las cuales la civilización humana no sería lo que es ahora.
Troika ha decidido no hacer una exposición sobre la sal, sino bajo el pretexto de pasar por, con y por el compuesto químico. El cristal ocupa un lugar central como el verdadero agente de la evolución cultural, el componente crítico de las herramientas sin las cuales la civilización humana no podría haberse desarrollado tal como la conocemos.
Los visitantes de la exposición encuentran en un espacio compuesto por dos obras; uno está materialmente presente hasta el punto de ser incontenible, el otro está confinado al ámbito de la irrealidad digital. Ambos procesan o son procesados por silicatos, ya sea en forma de sal de mesa o chips de silicio.
No Sound of Water está conformada por una máquina de procesamiento industrial que hace referencia a las tecnologías extractivistas. A través de un canal superior, la estructura funciona como una cascada de sal en movimiento constante, como si se tratara de un reloj de arena infinito, hasta el punto de convertirse en incontrolable: la sal se derrama a través de la sala, se acumulan en las grietas del suelo o incluso en los dobleces de los pantalones de los visitantes. Con la sal como elemento central, la pieza propone una lectura alternativa en la que este mineral no solo es un elemento de extinción humana y natural, sino la responsable de crear una época basada en la inteligencia no-orgánica y la biología sintética. El mismo título de la pieza hace alusión a la ausencia total de un elemento clave y orgánico como es el agua.
Por su parte, el video Terminal Beach se desarrolla en medio de un territorio desolado y empobrecido en donde lo único que se puede ver es el último árbol sobre la faz de la tierra y un brazo robótico que constantemente golpea con un hacha el tronco del árbol. La extrañeza de la atmósfera se refuerza con un fondo acústico compuesto por sonidos de rayos, vientos solares y tormentas geomagnéticas, capturadas como ondas de radio por la Prospección Antártica Briánica. La métafora del video es contundente: estamos destruyendo el mundo que nos sostiene y cada avance de la tecnología, el capitalismo y la industria es también un paso hacia la extinción.
Visita No Sound of Water del colectivo Troika de martes a domingo de 12 a 7 pm en Espacio Arte Abierto ubicado en el piso 2 Artz Pedregal (Periférico Sur 3720 Col. Jardines del Pedregal, CP. 01900 CDMX).