No Sound of Water (2021), comisionada por < Arte Abierto > y expuesta por primera vez, emite un torrente continuo de sal a través de una esctructura con un canal superior que funciona como un reloj de arena sin fondo. Su estructura está conformada por una máquina de procesamiento industrial, en referencia a las tecnologías extractivistas que han contribuido a la transformación del planeta. Los cristales de sal están constantemente en movimiento hasta volverse cada vez más incontrolables: se derraman a través de la sala, se acumulan en las grietas del suelo, en los pulmones, en los dobleces de los pantalones de los visitantes, en los teclados de los celulares y hasta en los almuerzos del equipo de < Arte Abierto >.
No Sound of Water actúa como un paisaje mineral simulado, como una encarnación física de la forma en que la tecnología ha transformado nuestra relación con la naturaleza y la tierra, una vasta llanura de sal que evoca un paisaje lunar que conduce a una gran cascada de sal mecanizada.
A lo lejos se percibe pequeña, y sostenida por un sonido distante, la cascada de sal es borrosa, suave como la seda, de un blanco brillante. Al acercarnos, contrariamente a lo que cabría esperar, su apariencia no se vuelve más clara y nos hace preguntarnos y buscar pistas sobre cuál puede ser su verdadera composición.
Visualmente, la máquina-escultura tiene una iconografía similar a la de las cascadas: debido al prolongado tiempo de exposición que se necesitaba en los inicios de la fotografía, el movimiento del agua era registrado como una entidad borrososa o como suspendida en el ensueño. Esas imágenes generalmente eran producidas como impresiones de plata albúmina, recubiertas con una emulsión de clara de huevo y sal. Cuando se creaba una imagen del Oeste estadounidense, por ejemplo, se mostraba como un paisaje de belleza imponente, aunque eventualmente llegaron a formar parte de un programa de expansión económica organizado por el Departamento de Guerra de Estados Unidos.
El mecanismo que se encarga de acarrear la sal desde el nivel del suelo hasta la parte superior de la cascada, solo para subirla nuevamente una vez que ha descendido; como el trabajo de Sísifo, contribuye a la lectura semántica de la cascada de sal, anclando su origen en el tecnologías extractivas artificiales. La máquina en sí ha sido completamente desarrollada y diseñada por Troika en el transcurso de 3 años, y es capaz de recircular hasta 30.000 kg de sal por hora.
La cascada de sal se coloca en oposición diametral con otra máquina, una gran pantalla LED medio enterrada en la sal (Terminal Beach).
Tanto la materialidad como el propósito de estas dos máquinas se completan: la cascada de sal realiza el movimiento de la sal, haciendo que la materia cristalina se mueva, mientras que la pantalla y su LED de sales arrojan luz sobre la escena.
El título ‘no sound of water’ se refiere al poema ‘Wasteland’ de T. S. Eliot.
Escrito después de la Primera Guerra Mundial, el poema de Eliot describe la desorganización de la sociedad y el papel de la tecnología y la industrialización en la civilización occidental.
Visita No Sound of Water del colectivo Troika hasta el 15 de mayo, 2022; de martes a domingo de 12 a 7 pm en Espacio Arte Abierto, ubicado en el piso 2 Artz Pedregal (Periférico Sur 3720 Col. Jardines del Pedregal, CP. 01900 CDMX).